«...dunas gris-doradas
«...dunas gris-doradas escarpadas, barridas por el viento, creadas durante siglos por las complejas mareas...»
El Discovery calienta motores para rastrear bisontes. Abajo a la derecha: el guardabosques Ruud Maaskant Secuencias todoterreno en terrenos privados con todos los permisos Lo es. Ha sido un breve atisbo de grandes cuernos negros y piel aleonada, pero acabamos de ver a uno de los grandes mamíferos más insólitos del continente. Durante un cuarto de segundo. La búsqueda de una mejor vista sigue, mientras reflexiono. La historia del bisonte europeo es, a su manera, la de toda la fauna europea. Y es una historia que estuvo peligrosamente cerca de un final trágico. El bisonte europeo (Bison bonasus) es un descendiente híbrido del primitivo bisonte de las estepas y del auroch de los cuentos de hadas, o el bovino gigante. En su día, el bisonte europeo deambulaba libremente por Eurasia, desde el norte de España, pasando por Francia, Benelux, Alemania y el norte de Italia, hasta Europa del Este. Algo más pequeño que su primo americano, sigue siendo magnífico. Con sus clásicos hombros jorobados, ideales para cargar y amenazar, pueden medir hasta casi dos metros y pesar cerca de una tonelada. Pero 800 kg dan para muchos zapatos, filetes y cuernos vikingos para beber, así que siempre se les ha cazado con ansia. Una de las primeras representaciones turbadoras del bisonte europeo, del 15000 AC, son las preciosas pinturas rupestres de Lascaux, Francia. Muestran a un bisonte muerto a lanzazos, con los intestinos fuera. A pesar de algunas leyes de conservación precoces en el siglo XVI (preservaban a los animales para la caza real), la caza de bisontes siguió hasta 1900. El bisonte se redujo (excepto en algunos casos atípicos) a una serie limitada en una franja remota y salvaje del sur de Lituania y el este de Polonia. Y luego tuvimos la Primera Guerra Mundial y a regimientos de soldados alemanes hambrientos y helados que se comieron la mayor parte de las manadas. El último bisonte vivo fue abatido tras la guerra, en el bosque de Białowieża en 1919. ¿Fin de la historia? No del todo. Milagrosamente, se habían conservado algunos bisontes europeos en zoológicos. Con los genes de estos animales en cautividad, el gobierno polaco inició un programa de reintroducción, uno de los más exitosos de su tipología. Hoy se estima que viven unos 4.000 en el bosque de Białowieża. Pero como nos explica Esther: «Las investigaciones recientes sugieren que los bosques no son un entorno permanente para el bisonte: se refugió en los árboles 35